Cuando llegamos al caracol aquí en La Realidad, sin que nadie nos lo dijera empezamos a hablar en susurros.

Quedo hablaba nuestro dolor, quedito nuestra rabia. (Subcomandante Marcos)

lunes, 22 de octubre de 2012

El Corazón de Charlotte Valandrey.

Charlotte Valandrey es francesa. Con 18 años ya era una actriz consagrada en su país, había recibido un Oso de Plata en el festival de Berlín y estaba nominada a los premios Cesar (como los Goya aquí) por su actuación en la película Rouge Basier.
En ese momento su vida dio un vuelco. Le diagnostican que es seropositiva, consecuencia de una relación que mantuvo con un músico de rock que falleció al poco tiempo. En ese momento iba a ser la protagonista de Noce Blanche. Le rescinden el contrato y su lugar lo ocupa Vanessa Paradis, a la que esta película lanzó al estrellato.
Los seis meses de vida que le dieron los médicos se convirtieron en diez años. En ese tiempo, y motivado por la medicación sufrió dos infartos, a consecuencia del segundo le realizan un trasplante. Tenía 34 años.
Tras el trasplante  sus hábitos cambiaron, de pronto comienza a gustarle el vino, el ron, la tarta de limón, que siempre detestó y empieza a tener una pesadilla muy recurrente, siempre la misma. Soñaba con un accidente de circulación, llovía y una mujer acompañada por un bebe, corría por una carretera, había mucha sangre. Despertaba justo antes del golpe. Intento saber algo del donante de su corazón pero se encuentra con el anonimato que imponen las leyes francesas.
Poco después realiza un viaje a la India acompañada de una amiga, En el Taj mahal, tiene un "Deja vú"; ella ha estado allí antes y además percibe que la vez anterior los sentimientos habían sidos muy intensos.
Poco tiempo después empieza a recibir cartas de un admirador, Yann, la relación va a más y se enamoran. En ese momento cesan las pesadillas. Transcurre aproximadamente un año y un día, en casa de él, ante un "secreter" que siempre permanece cerrado, siente la necesidad de abrirlo. Dentro encuentra la explicación a su historia.
La mujer de la que recibió el corazón era la esposa de Yann, murió en un accidente de coche un día de lluvia y corría al hospital porque perdía mucha sangre. Estaba embarazada.
El lugar donde Yann se le había declarado era el Taj Mahal.
A raíz de descubrir toda la historia rompieron la relación poco después.
Esta historia, mejor contada aparece en un libro que ha escrito, el título es "Un Corazón Desconocido".

Hasta aquí la historia de Charlotte. Ahora vamos a poner algunos casos parecidos, porque esto a ocurrido con bastantye frecuencia, incluso hay una asociación de trasplantados que se reunen periódicamente e intercambian sus experiencias.
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En algunos casos de trasplante de órganos, principalmente en relación con el trasplante de corazón, se ha venido observado que algunas preferencias, aversiones, actitudes e incluso conocimientos concretos se habían transferido del donador al receptor, véase Pearsall (1998) y Pearsall, Schwartz & Russek (2002). A continuación expondremos algunos ejemplos. 

(“antes” o “anteriormente” opinan “antes de la  del nuevo órgano”) 
(“después” o “ahora” opinan “después de la recepción del nuevo órgano”.) 

Debbie Vega. Antes estaba en contra del alcohol y de la comida rápida, pero amaba la música . Ahora le apetece la cerveza, la pechuga de pollo y la música rap. 

Ben (pseudónimo) de 56 años. 
Después del trasplante tiene terribles sueños en los que ve un deslumbrante relámpago ante sus ojos y como su cara se va calentando hasta quemarse. El donador era policía y murió de un tiro en la cara. 

Hombre, 47 años.
 Obtuvo el corazón de una chica anoréxica de 14 años. Ahora se siente muy joven, tiene ataques de bulimia, pierde peso, ríe con disimulo, corretea y se muestra como una adolescente. 

Hombre joven, blanco. Ahora siempre va al Harlem con los afro-americanos, pero no sabe por qué. 

Susie, 29 años. Fue la mejor vendedora de McDonalds y una lesbiana militante. Ahora tiró todos sus libros sobre lesbianismo; ya no soporta la carne, se ha vuelto vegetariana y se ha casado con un hombre. Su corazón era de una vegetariana que amaba mucho a los hombres. 

William Sheridan, 63 años. Antes pintaba como un niño. Después del trasplante de corazón pinta cuadros maravillosos, con animales salvajes en bellos paisajes. El donador, Keith Neville, de 24 años, fue un pintor de gran talento. 

Hombre, blanco, 47 años
. Antes detestaba la música clásica. Ahora la adora y conoce cantos clásicos que antes nunca había escuchado. 

Daryl, 5 años.
 Conoce el nombre, la edad aproximada y la causa de la muerte de su donador Timmy. Ahora ya no puede tocar más su power ranger (juguete). Timmy había caído por la ventana cuando quería coger su power ranger. 

Doarah (pseudónimo), 8 años.
 En sus pesadillas ve a un hombre acercándose a ella empuñando un cuchillo y que está a punto de matarla. El asesino de la donadora del corazón (de 10 años) fue capturado en base a la descripción dada por Doarah. (Pearsall 1999, página 7). 

Claire Sylvia, bailarina americana. Receptora no solo de un corazón sino además de los pulmones. Observa la aparición de nuevas características en sus apetencias, como tener ganas de pimientos verdes, cerveza y pollo. Ahora manifiesta un modo de andar masculino y tiene sentimientos hacia los hombres y las mujeres como si fuera un hombre. Está segura de que estos atributos pertenecen al donador. 

Algunos de los extractos literales del libro de Claire Sylvia se encuentran citados dos capítulos más abajo de este texto. 

Jimmy, 9 años. Anteriormente le encantaba bañarse y jugar en el agua, ahora le tiene pánico. La donadora había muerto ahogada. Jimmy no sabe quien fue la donadora, pero dice: 

“A veces hablo con ella. Puedo sentirla aquí dentro. Ella parece muy triste. Intento consolarla, pero tiene mucho miedo. Ella me dice que desea que 

»Los padres no desechen a sus hijos « 

No tengo ni idea de por qué ella me lo dice.” 



¿Cuántas veces sucede? 

La mayoría de los ejemplos de transferencias los hallamos en los autores citados. Estos están descritos con tanto detalle y están tan bien documentados, que no cabe la menor duda de la autenticidad del fenómeno. Y se puede partir del supuesto de que el número real de las transferencias sería mucho mayor por las siguientes razones: 

1. Presumiblemente muy pocos receptores afectados hablan francamente sobre sus vivencias y problemas, porque muy pronto se dan cuenta de que no van a ser comprendidos y van a ser rechazados por los médicos, parientes y amigos. Entonces optan por el silencio. 

2. Los terapeutas, o sea los cirujanos del trasplante, normalmente solo están interesados en el éxito médico y físico del trasplante y del paciente, pero no en las consecuencias psíquicas del trasplante en el paciente. Además estos temas no interesan lo más mínimo debido a la visión materialista de la vida que manifiestan muchos de los médicos en la actualidad. 

3. Para el tema de las transferencias, desde el punto de vista científico solo son fidedignos los ejemplos en los que el receptor primero no conoce la identidad del donador ni de su familia. Aunque posteriormente llega a conocerles, de manera que sus nuevas actitudes pueden ser comparadas con las del donador. Hay que darse cuenta de que en Europa según la ley, los receptores de órganos no deben conocer la identidad de su donador, y al revés la familia del donador no debe conocer al receptor. No obstante en varios estados de los EEUU este asunto se tramita de diferente manera; los ejemplos antecedentes y siguientes provienen de los EEUU. Claire Sylvia descubrió a la familia de su donador de una manera casi mágica.
 




Citas del libro de Claire Sylvia 


¿Cómo se explican las transferencias? 

Para encontrar una respuesta vamos a citar literalmente algunas frases del libro autobiográfico de Claire Sylvia. 
Cinco meses después del trasplante de corazón y de pulmón Claire Sylvia soñó con su donador y en este sueño conoció su nombre “Tim” y la primera letra de su apellido “L”, aunque no sabía quien era ni tampoco conocía a su familia. La segunda parte de su sueño nos lo describe así: 

“Vuelvo para despedirme de él. Tim me está mirando mientras me dirijo a él; parece que está alegre porque regreso. Nos besamos, y mientras lo hacemos le aspiro hondamente. Me siento como si hubiera tomado el aliento más profundo que jamás haya experimentado. Y sé en este momento que nosotros dos, Tim y yo, estaremos unidos para siempre. Cuando desperté de este sueño me sentí con un ánimo maravilloso, viva y fresca. Además sentí que mi corazón y mi pulmón ahora realmente formaban parte de mí. – 

Durante los meses siguientes fue aumentando en mí la sensación de que el espíritu de mi donador seguía vivo dentro de mí.” 

En otras partes del libro encontramos las siguientes afirmaciones de la autora: 

“A veces tuve la sensación de que alguien diferente de mí estuviera conmigo y dentro de mí, y de una manera indefinible el sentimiento de mí misma se convirtió en un sentimiento en forma de nosotros. A veces me sentí como si compartiera mi cuerpo con una segunda alma.” 

“Estaba convencida de que una parte de él estaba viviendo en mí y de alguna manera me guiaba hacia su familia.” 

“Tengo la sensación de que otra persona está dentro de mí y quiero saber quién es. Además quiero llegar a conocer a la familia de Tim.” 

“Para mucha gente la idea de que un segundo ser esté alojado dentro de uno sería tan amenazante y grotesco que la expulsión o la denegación seguramente sería una reacción habitual.” 

Al final de su libro Claire Sylvia tiene un sueño en el que aparecen 22 motocicletas. Una tarde, un par de días después, un conocido la lleva en su moto (¡en la vida real!) y conduce a gran velocidad entonces su corazón empieza a latir con mayor frecuencia. (Tim había muerto en un accidente con su moto.) Claire Sylvia sigue escribiendo: 

“Hoy creo que la ritualisación del sueño de la moto ha facilitado el hecho de que haya podido soltar el alma de Tim suavemente. Por fin había encontrado mi nueva identidad, una especie de tercer ser, que no era la vieja Claire ni el nuevo Tim, sino una combinación de ambos. Creo que no ha sido una casualidad que después de esta tarde haya sido capaz de entablar una relación consistente con otro hombre. Era como si Tim se hubiera desplazado a un lado, de modo que en mi corazón quedara espacio para otro.” 

Es posible deducir de las palabras de Claire Sylvia desde cuando hasta cuando ha permanecido la posesión: Obviamente va desde su primer sueño, cuando aspiró a Tim, hasta el viaje rápido en moto, que ella misma llama un ritual. Incluso Claire Sylvia puede denominar el motivo de Tim de su presencia con ella y en ella: 

“Aunque la vida de Tim tuvo un fin abrupto, obviamente, junto con sus órganos su mente estaba destinada seguir viviendo. Creo firmemente – como también lo hace la madre de Tim – que él me ha estado guiando para encontrar a su familia, y así volver a estar en contacto con ellos, y quizás también para resolver y completar lo que hubiera de irresoluto en su vida. Lo siento fuertemente en mi corazón.” 


(Fin de las citas del libro de Claire Sylvia)
 


Caso 1 de Pearsall, Schwartz y Russek (2002) 



(El canto “Danny, mi corazón es tuyo”) 


El donador, Paul, fue un joven de 18 años, que murió en un accidente de coche. 

El padre del donador Paul, psiquiatra, refiere: 

“Mi hijo siempre escribió poemas. Durante más de en un año no habíamos puesto orden en su habitación. Luego allí encontramos unos poemas, que nunca nos había mostrado, y hasta hoy no hemos hablado sobre este tema con nadie. Especialmente uno de los poemas nos había conmocionado mucho, emocional y espiritualmente. En este poema habla sobre la cercanía de su muerte.” 

“Por otra parte él era músico, y encontramos una canción con el siguiente título: 

»Danny, mi corazón es tuyo« 

En el texto de esta canción expresaba con claridad que estaba predestinado a morir prematuramente y que iba a dar su corazón a otra persona. Cuando hemos encontrado a la receptora de sus órganos, estuvimos tan… No sabíamos qué pasaba. Tampoco lo sabemos ahora. Simplemente no lo sabemos." 

La receptora, Danielle, de 18 años, comunica: 

“Cuando me mostraron las fotos de su hijo le reconocí inmediatamente. Él soy yo. Sé que está dentro de mí y que me ama. Desde siempre ha sido mi amante, puede ser que en otro tiempo, en algún otro lugar. ¿Cómo pudo saber antes de su muerte que tenía que morir y que a mí me iba a dar su corazón? ¿Cómo pudo saber que mi nombre era Danielle? Y después, cuando han tocado para mí algunas de sus canciones, he podido continuar cantándolas sin haberlas escuchado con anterioridad. Antes nunca había podido tocar, pero después del trasplante comencé a interesarme por la música. La sentía en mi corazón. Mi corazón tenía que tocar música. Le dije a mi madre que quería ir a clases de guitarra. El mismo instrumento que había tocado Paul. Su canto está dentro de mí. Lo siento repetidamente por la noche, y es como si Paul me diera una serenata.” 

El padre de la receptora Danielle relata: 

“ Ella [su hija Danielle] dijo que quería tocar un instrumento y quería cantar. Cuando escribió su primera canción lo hizo sobre su nuevo corazón como el corazón de su amante. Elaboró un texto diciendo que su querido venía para salvarle la vida.” 

Caso 2 de Pearsall, Schwartz y Russek (2002) 
(Carter actúa del mismo modo que Jerry) 

El donador, Jerry, tenía 16 meses en el momento del trasplante. El receptor del corazón, Carter, en el momento del trasplante era un bebé de 7 meses, en la entrevista tiene 6 años. 

La madre del donador Jerry, médica, informa sobre su primer encuentro con el receptor Carter: 

“Cuando Carter me vio por primera vez corrió hacia mí, presionó su nariz contra la mía y la frotó y frotó. Esto era precisamente lo que hacíamos con Jerry.” 

“Cuando él me abrazó pude sentir a mi propio hijo. O sea: Pude sentirle, no sólo simbólicamente. Él estaba presente. Sentí su energía. Pueden preguntarle a mi madre: Carter a pesar de tener ya 6 años habló con el mismo lenguaje de bebé y jugó con mi nariz de la misma manera que lo hacía Jerry.” 

“Nos quedamos con la familia del pequeño receptor del corazón, Carter, aquella noche. A medianoche Carter entró en nuestra habitación y quiso dormir con mi marido y conmigo. Él se acurrucó entre nosotros como Jerry solía hacerlo, y empezamos a llorar. Carter nos dijo que no lloráramos porque Jerry decía que todo iba bien. El corazón de nuestro hijo late en el pecho de Carter. De alguna manera nuestro hijo sigue vivo.” 

La madre del receptor Carter dice: 

“He visto a Carter corriendo hacia ella [la madre del donador Jerry]. Nunca lo hace. És muy, muy esquivo. Pero fue hacia ella. Cuando susurró: »Todo va bien, Mamá«, me desmayé. ¡La llamó »Mamá«! – o tal vez es el corazón de Jerry que ha estado hablando.” 

“Algo más que deben saber: Cuando fuimos todos juntos a la iglesia, Carter no había visto con anterioridad al padre de Jerry. Habíamos llegado tarde y el padre de Jerry estaba sentado en medio de un grupo de gente de la comunidad de la iglesia. Carter se soltó de mi mano y directamente corrió hacia él. Se subió a su regazo, le abrazó y dijo: »Daddy«. Nos quedamos todos perplejos. ¿Cómo podía conocerle? ¿Por qué le llamó »Dad«? Nunca antes había hecho nada igual. En la iglesia nunca se había soltado de mi mano y nunca había corrido hacia un desconocido. Cuando le pregunté porque lo hizo, él me contestó que no lo había hecho él, sino que fue Jerry quién lo hizo, y él, Carter, fue con él.” – 

(Fin de las citas de Pearsall, Schwartz y Russek, 2002)
 


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