Cuando llegamos al caracol aquí en La Realidad, sin que nadie nos lo dijera empezamos a hablar en susurros.

Quedo hablaba nuestro dolor, quedito nuestra rabia. (Subcomandante Marcos)

jueves, 28 de marzo de 2013

La matanza anual de delfines en Japón.


Todos los años, entre octubre y abril, pescadores de Taiji (Japón) cazan 20.000 delfines y otros pequeños cetáceos de forma cruel, acorralándolos en una ensenada de baja profundidad para atraparlos. La escena de las aguas teñidas de rojo por la sangre de los cetáceos, que durante la captura resultan heridos mortalmente, es cada año una terrible realidad que los pescadores tratan de ocultar a la prensa y los observadores que se acercan al lugar.
Para la producción cárnica los delfines son literalmente "acarreados" en camiones a mataderos cercanos donde mueren degollados y desangrados. La carne, rotulada como "carne de ballena", satisface el consumo de la población japonesa e internacional, donde tiene cada vez mayor demanda.
A menudo hieren deliberadamente a algunos de ellos para retener a los miembros de su familia, ya que los delfines no abandonan a un miembro de la familia que está sufriendo. Los pescadores proceden a estrechar las redes para cerrar las salidas a mar abierto. La mañana siguiente, comienza la matanza: los pescadores utilizan lanzas y garfios para apuñalar y desangrar a los animales que no tienen posibilidad de escapar. El mar se tiñe literalmente de sangre, imagen impresionante que ha despertado la ira de la comunidad internacional.

La mayorí­a de delfines son descuartizados y vendidos como comida, mientras que algunos se venden a delfinarios y parques acuáticos para realizar espectáculos, convirtiéndose estos en cómplices de esta matanza.

Esta cacerí­a anual, es la mayor matanza de delfines en todo el mundo y se perpetúa a causa de los esfuerzos por esconderlo a la mayorí­a de los japoneses.
Todo esto se puede ver en este documental:




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