Cuando llegamos al caracol aquí en La Realidad, sin que nadie nos lo dijera empezamos a hablar en susurros.

Quedo hablaba nuestro dolor, quedito nuestra rabia. (Subcomandante Marcos)

martes, 29 de enero de 2013

"Se están buscando un bofetón"


En un sitio que se llama "GURUSBLOG" encuentro esta historia. Relatada por una funcionaria de la Comunidad Canaria, sería extrapolable a cualquier otro territorio nacional.
Obviando los aspectos personales de crisis -nada desdeñable por otra parte- los mismos hábitos de despilfarro se utilizan aquí, en nuestra comunidad (¡como no!). Conozco a una persona, que trabaja en una consellería, por cuya mesa pasan a diario facturas, tiquets y vergonzantes justificantes de pago. La prudencia impide dar datos concretos. Curiosa ironía, el funcionario que tiene pruebas de malgasto público, tal vez latrocinio, tiene que callarse para no perder su puesto de trabajo, y los sinvergüenzas que roban pueden pavonearse impunemente de ello.
Como dicen más abajo: "Se están buscando un bofetón".

El articulo: 

"Nunca he vivido por encima de mis posibilidades. Cuando compré mi casa hace diez años, tenía una buena parte ahorrada, un salario decente, un puesto “fijo” teóricamente. Nunca viví con lujos, pero no me podía quejar. Lo cierto es que jamás me imaginé que la situación fuera a darse la vuelta de esta manera.”
“Aún me quedan 10 años de hipoteca y ahora pago 515 euros al mes. Soy madre soltera y tengo un niño de ocho años, y estoy haciendo todo lo que puedo por mantenernos a flote.
Resulta que con el último recorte salarial del 20% de la Comunidad Autonoma (Canarias) me he quedado asfixiada, ya no puedo más. Mi sueldo se va a quedar este mes en 860 euros. Si restas la hipoteca, la comunidad, la gasolina, la luz y el agua, me van a quedar unos 200 euros para comer el niño y yo, 50 euros a la semana… menos de cinco euros al día por cabeza (esto sin contar imprevistos, dentistas, gafas, ropa, la revisión del coche,… nada de nada, porque no puedo pagarlo). Pude pagar el IBI con un dinero que tenía guardado para emergencias, pero no he podido pagar el impuesto del coche… no me queda nada.”
“Se acabaron los lujos como un café a media mañana o un Donut. Vivo al día….”
“En diciembre no tuvimos paga extra, así que con antelación di de baja el teléfono y la adsl de casa. Ese importe fue el que pude gastar en un regalo para mi hijo… es lo que hay. El año que viene no sé si habrá Reyes, pero lo dudo.”
“Por desgracia no tengo familia, mi madre murió hace unos años. Estoy sola y no tengo ese colchón familiar del que tanto oigo hablar… pero este no es el tema.”
“Resulta que mientras veo cómo se desmorona mi vida sin haber hecho otra cosa que trabajar durante años y ya no descarto perder mi puesto de trabajo, verme en la calle con mi hijo, o tener que pedir dinero para subsistir, sigo viendo a muchos políticos y a sus asesores (a los que no se les ha recortado este 20%) seguir disfrutando de privilegios y gastos vergonzosos.”
“Por mis narices pasan facturas de restaurantes, de viajes, de dietas, un día tras otro… los veo comer a cargo del dinero público varias veces a la semana… y yo no sé qué hacer desde el día 20 del mes.
No es sólo mi departamento, ocurre en el resto, incluso en otras administraciones. Hay algunos que hasta montan comidas en las oficinas, con catering, para ellos y sus amigos… nos pasan los solomillos y las botellas de vino al lado de las mesas donde trabajamos.”
“Pero sé que hay gente en peor situación, pienso en todos los que están en paro, por supuesto. Una compañera con tres niños (cuyo marido tuvo un alto cargo en una constructora y lleva parado tres años) se había comprado un buen piso, pagando el doble de hipoteca que en mi caso. El no encuentra trabajo y ella cobra lo mismo que yo, así que desde este mes van a dejar de pagar las cuotas… la familia puede ayudarles con comida, pero no con dinero y tras este recorte se están preparando para lo peor…  y se supone que éramos la clase media.”
“Te pido que lo cuentes, que dejen de insultarnos con sus gastos inútiles, de gastarse en un almuerzo lo que yo tengo para comer durante un mes con mi hijo. Basta ya de amenazarnos con más recortes o más despidos. No es Bárcenas, no es Rajoy, no es Zapatero, son todos: los veo a diario. No son políticos, son vividores profesionales.”
“Cris, reconozco que hace un año y pico cuando empecé a seguirte me parecía que eras una exagerada. Ahora sé que no es así, es que yo estaba muy mal informada, pasaba de leer malas noticias en la prensa, no iban conmigo y no quería amargarme la vida… y mira ahora. Si pierdo mi trabajo, ¿qué será de nosotros?…”

El bofetón:

Sé que Marta no es la única… Hace unas semanas había tenido una conversación parecida con otra persona, y luego con una vieja amiga, y con un vecino, y hasta con un empleado público que me dijo muy serio:
- Se están buscando un bofetón.
- ¿Un bofetón?
Sí mi niña. Si me cruzo al impresentable de mi jefe esta semana, que acaba de echar a cuatro personas a la calle y se fue rapidito sin despedirse para irse a un almuerzo, le meto un bofetón por hijoputa. Y aunque no te lo creas, el muy capullo ha tenido los huevos de contratar a un amigo de asesor después de echar a esta gente a la calle.
Si me veo a uno de sus asesores pasando dietas y gastos mientras yo ya no tengo para las playeras de mis hijos, le meto un bofetón. 
Aquí van a empezar a llover tortas, porque se las están buscando con sus exhibiciones impúdicas de poder y despilfarro delante de gente que ya está empezando a pasar hambre por sus recortes.
¿Y si de verdad empiezan a llover tortas en los restaurantes, en los aviones, en el parking del aeropuerto donde esperan los chóferes de los coches oficiales? 3.000 personas cabreadas son un buen ejército, pero siendo realistas, lo más probable es que aumenten los escoltas en vez de reducir sus gastos.

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