Cuando llegamos al caracol aquí en La Realidad, sin que nadie nos lo dijera empezamos a hablar en susurros.

Quedo hablaba nuestro dolor, quedito nuestra rabia. (Subcomandante Marcos)

lunes, 27 de septiembre de 2010

Quiero un reloj japones.

Visto lo que hacen estos tios dando un paseo, solo puedo imaginar lo que consiguen haciendo relojes, o pajitas para horchata, que a todo le ponen el mismo empeño. Debe de ser acojonante verlos en su casa, preparando la mesa o pasando el mocho.....
Voy a contratar uno, dos horitas a la semana y listo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario