De todos es conocido que no dispongo de un excesivo sentido religioso, soy más bien crítico. Pero también me considero muy respetuoso con los sentimientos de los demás (considero las manifestaciones religiosas más cosa de los sentimientos de de la razón).
Para mi (nací en Andalucia), la Semana Santa son recuerdos de niño, de noche, entre una multitud, esperando el paso de los "Pasos" -valga la redundancia- la música, las luces y sobre todo, los silencios; sobrecogedores.
La mejor manifestación de todo esto se refleja en "La Madrugá", en Sevilla.
Aquí está.
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