Cuando llegamos al caracol aquí en La Realidad, sin que nadie nos lo dijera empezamos a hablar en susurros.

Quedo hablaba nuestro dolor, quedito nuestra rabia. (Subcomandante Marcos)

miércoles, 16 de noviembre de 2011

En la calle sin nada.

No encuentro el nombre del autor de esto, y lo siento, porque me gustaría poner nombre y apellidos a esta persona. Me parece un ejemplo sobre como afrontar situaciones difíciles (extremas, diría yo).


Unos extractos:
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..........A mediados de 2007, decidí dar el salto definitivo y poner otro negocio yo solo, sin socios y sin cometer los errores pasados.
Para ello, doblé mi hipoteca. Tenía un apartamento con vistas al mar, comprado en 2004 por un precio muy bajo para aquellos tiempos en que los créditos se concedían como churros. Cuando pedí la ampliación, el banco no puso ningún problema: el apartamento tenía por entonces un valor de más del doble de la hipoteca que tenía contratada. Con gusto me la ampliaron..............


...........A principio de 2009, la situación se hizo insostenible, por lo que decidí cerrar. Intenté traspasar el negocio, pero no encontré comprador. Vendí la maquinaria y el stock que pude para hacer frente a las deudas más urgentes, y empecé a pensar cómo solucionar el resto....


..........o sigo trabajando a un ritmo inhumano, sea como sea, o me voy a ver otra vez en la misma situación. Y esta vez peor: los trabajos escasean, nadie me va a dar un crédito, las deudas siguen ahí y algunas han llegado ya a juicio, y como autónomo, no tengo derecho a paro.........


......en lo único que piensas es en el problema y sus aterradoras posibles consecuencias. ¿Cómo se quita uno un miedo? Atravesándolo. ¿A qué tengo miedo? A fracasar definitivamente, a quedarme en la calle sin nada. ¿Qué debo hacer entonces? El mismo miedo lo dice: quedarme en la calle sin nada......


........me eché a llorar con una mezcla de sentimientos: una liberación enorme, un ‘sentirme tonto’ por haber tenido tanto miedo sin razón, un agradecimiento gigantesco al mundo, un sentimiento de superación, un expresar la vergüenza de todo el día… Después casi tenía ganas de reir. Al dejar de llorar, cuando me tranquilicé, me dí cuenta de que ya no hacía nada allá, así que me levanté y fuí hacia la estación........


Completo:.http://www.srmutante.com/mendigando-en-barcelona/

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